El piloto de TC Marcos Di Palma visitó Quilmes, estuvo firmando autógrafos en un local y alborotó el centro de la ciudad. Carismático y de buen humor como siempre, recibió a una gran cantidad de seguidores que querían estar cerca de su ídolo. "Estos eventos sirven para devolverles una parte de lo que ellos me generan y que me quieran", declaró el famoso automovilista.

Una cola de más de mitad de cuadra esperaba el turno bajo el sol mientras admiraban un auto de su escudería. Ansiosos por llegar al ídolo que amablemente charló con cada uno, entre medio de sonrisas, bromas y hasta las lagrimas de emoción de más de una fan.

"Por suerte hasta ahora tengo un montón de seguidores, y lo peor de todo es que con lo mal que ando cada vez son más, imagináte cuando ande bien", bromeó Di Palma. Continuando en la misma línea, cuando se le preguntó sobre la cercanía de los pilotos de elite con la gente, Marcos ironizó preguntando donde había uno: "¿Está Ortelli por acá?", provocando las risas de todos los presentes.

Mate en mano, el piloto explicó por qué disfruta de estas presentaciones "la verdad que la pasó bien, charlo un ratito y paso un momento lindo con la gente que normalmente no se puede acercar por una cuestión económica a las carreras", y aprovechó para distanciarse de sus colegas: "los otros la hacen muy complicada. Yo por estar 3 o 4 horas firmando autógrafos, en lugar de perder, gano mucha simpatía del público, que me quieran, y es devolverle una parte de lo que ellos me generan."

Así de cercano se muestra Marcos Di Palma, alguien muy querido dentro del automovilismo nacional, que más allá de cualquier resultado deportivo, se mantiene cerca de la gente. De aquellos que lo han colocado dentro de un selecto grupo de arraigo popular.