Más allá que la pelea se presentó más dura y complicada de lo previsto, Sergio Maravilla Martínez volvió a sacar a relucir su chapa de campeón en el momento indicado, para quedarse con un estupendo triunfo ante el británico Darren Dazzling Barker y retener su faja Diamante de los medianos (CMB). El quilmeño fue ablandando a su rival con el correr de los rounds, hasta terminar noqueándolo en el undécimo asalto, cuando ya era netamente superior. Un nuevo paso concretado en su idea de transformarse en el mejor boxeador libra por libra del mundo.

En la previa del combate, el quilmeño le había anticipado a este diario su promesa de ganar por la vía rápida y cumplió, aunque no pudo hacerlo en el lapso prometido, antes del sexto asalto. Esta demora en llegar al nocaut, recién en la ante última vuelta, tuvo una sola explicación: la inesperada resistencia física del, hasta entonces, invicto y campeón europeo de los medianos. Gracias a una estrategia amarreta de cerrarse, caminar el ring y hacer trabajar a su oponente, Barker pareció más de lo que realmente es como púgil. Martínez (71,670 kg), por su parte, lo buscó durante todo el pleito, comiéndole las piernas, y reemplazando la diferencia de talla favorable al retador (72,650 kg), con su gran calidad boxística, rápida y efectiva, sostenida por su derecha a modo de partida y la zurda voleada viniendo detrás

El desarrollo, aunque quizá incómodo, lo tuvo a Maravilla (48-2-2 / 27 nocauts) como claro dominador, ganando cómodamente en las tarjetas ante un clásico púgil británico, prolijo y mecanizado que, aunque no tenía mucho más para ofrecer que eso, sorprendió en algún pasaje conectando esporádicos jabs. Sin embargo, a partir del quinto asalto, tras un cabezaso que le hizo sangrar la naríz al cierre de la vuelta anterior, el quilmeño cambió el ritmo, mostrando todo su repertorio con combinaciones de tres y cuatro golpes que obligaron a Barker (23-1 / 14 nocauts) a cerrar aún más su guardia, mermando totalmente sus chances de ataque.

Fue un verdadero trabajo de demolición el que aplicó Martínez y que, en el 10º round, tuvo al borde del nocaut a Barker tras una contundente andanada de embates. El inglés logró llegar en pie a la campana, pero, aún sentido, su resistencia se quebró definitivamente al minuto y 29 segundos del siguiente round cuando recibió una seguidilla de golpes cortos a la cabeza y tras un gancho de derecha besó la lona, recibiendo la cuenta del árbitro Eddie Cotton.

Con la victoria consumada, aún sobre el ring del Broadwalk Hall de Atlantic City, el quilmeño declaró: “Estoy dispuesto a pelear con quien sea, mientras exista un buen arreglo para mi y para mi rival”. Maravilla no le cierra las puertas a ningún oponente y hasta le confirmó a DQ que bajaría a las 150 libras para poder enfrentar al filipino Manny Pacquiao, su único escollo junto al aburguesado Floyd Mayweather, para cumplir el sueño de llegar a ser el mejor kilo por kilo del mundo.