En este caso, su presencia no fue nada bonita. A pesar de llevárselo por delante al líder del campeonato con ganas y actitud, Quilmes no le acertó al arco y debió conformarse con el empate como local ante Instituto. En la segunda parte, los dirigidos por Caruso Lombardi le acertaron tres veces al palo y tuvieron algunas otras chances para poder desnivelar. Con este resultado, no pudo descontar unidades en la cima de la tabla y vio como se le distanciaron otros adversarios de esta pelea.

El equipo no consiguió el resultado esperado, el que necesitaba para reinstalarse definitivamente en la pelea. Pero así y todo, fue despedido con aplausos por su gente, que vio el esfuerzo y el desgaste que los futbolistas realizaron a lo largo de los noventa minutos para quedarse con los tres puntos ante la sorpresa que tiene el campeonato.

Y con esa ambición salió a jugar el Cervecero. A ahogarlo, a comerse a un rival que quiso ser prolijo desde el primer momento, pero que casi le termina jugando una mala pasada ante algunos errores individuales. Así, enseguida Quilmes tuvo una situación clara en los pies de Cauteruccio, que disparó cruzado. Pero por algo el rival es el líder…

…una corrida de López Macri (el mejor de los cordobeses), que superó a todos en velocidad, terminó en un centro a la cabeza de Diego Lagos, que con la testa puso la pelota contra un palo. Sorpresa y un volver a empezar que le llevó varios minutos a los dirigidos por Caruso Lombardi.

Fue en el cierre de la etapa, en el último cuarto de hora, cuando empezó a hacer revolcar al debutante en el arco de la Gloria, Matías Vega. Telechea desde fuera del área, Caneo también desde media distancia y un suelazo de Cauteruccio fueron las principales opciones de un elenco local que, a esa altura, ya merecía la igualdad. En medio de ese torbellino de llegadas, y producto de un error a la hora de ir a buscar el balón, permitieron una contra inmejorable que Dybala desperdició al quedar cara a cara con Trípodi.

En el segundo tiempo, la historia sería parecida: un Quilmes que iba, ante un rival que aprovechaba la velocidad de las contras. Fue cuando empezó a aparecer uno de los protagonistas de la noche: el palo. Primero negándoselo a Caneo, tras un remate anterior de Garnier; también se quedó con un cabezazo anticipando a su marcador de Telechea y con un remate de Cauteruccio.

Pero de tanto ir…el gol estaba al caer y cayó. Cauteruccio la peleó dos veces hasta que consiguió sacar el centro justo para dejarlo al goleador del momento con el arco libre, para que toque de primera y convierta el empate.

A esa altura, el cansancio empezó a pasarles factura a ambos y el juego dejó de tener el vértigo que lo hizo entretenido en varios pasajes del mismo. Instituto supo que el resultado lo favorecía (ya había perdido River) y el QAC no supo como hacer para llevarse el triunfo.

Alegría en la visita, una mezcla rara en el local. La tranquilidad por haber dado todo, se confundió con la sensación de haber dejado escapar una buena oportunidad. Al menos, todavía tiene revancha.