Es sabido que Sergio Martínez no se lleva bien con el entorno cuasi -por ser amable- mafioso que rodea al noble arte de los puños. Más de una vez alzó su voz contra los abusos de managers y organismos. Siempre en defensa del púgil. Pero ahora dijo basta. Harto de que el CMB lo bicicleteara para evitar que se enfrentara al protegido y mimado Julio César Chávez Jr. y así poder recuperar su legítima corona de los medianos, Maravilla decidió patear el tablero y renunciar al Consejo, además de romper relaciones con la cadena HBO y adelantar que no defenderá más su faja Diamante. "Soy un campeón, pero no soy un rehén, ni un peón que obedece a las políticas exteriores. Si voy a pelear, lo haré en serio, contra quién sea, pero sé que en este momento nunca me vendí. Estoy tranquilo", sentenció el tercer mejor libra por libra del mundo en una conferencia de prensa que ya está recorriendo el planeta.

La historia se remonta a principios de 2011 cuando Martínez, presionado por el CMB y la cadena HBO, dejó su cetro de las 160 libras para ser nombrado Campeón Emérito de esa división. La corona quedó en manos del ganador de Sebastian Zbik y Chávez Jr. y el quilmeño, cuyo título honorífico le da derecho a ser en cualquier momento el retador mandatorio por el título mundial, empezó a ver como ese choque con el mejicano nunca iba a concretarse. En aquel entonces, José Sulaimán, eterno mandamás del Consejo, le rogó que le permitiera hacer una defensa optativa a Chávez. El Hijo de la Leyenda salió airoso del duelo y, según la promesa efectuada, ahora debía enfrentarse a Maravilla.

En la reciente convención del CMB se decretó el combate como obligatorio, sin embargo, unos diez días atrás, Sulaimán rompió lo pactado y dejó que Chávez vuelva a evadirlo para defender ante su compatriota Marco Antonio El Veneno Rubio. Esta movida colmó el vaso para el púgil que según la prensa internacional continúa siendo el verdadero monarca de los medianos: “José Sulaimán afirmó que yo había dado el consentimiento para esa pelea. Pasaron pocas horas y la palabra traidor y vendido inundaron mi twitter, teléfono y cuenta de E-mail. No me vendí, no soy ningún traidor, es una tremenda mentira. Es por eso que, en este momento y luego de reflexionar detenidamente, declaro que no volveré a pelear para el Consejo".

Las explosivas declaraciones de Martínez se dieron en la previa de la entrega de los Premios Firpo -el quilmeño se llevó el de oro- y, al igual que una carta con su firma, rápidamente dieron la vuelta al mundo. Cada frase es un certero golpe contra los negocios turbios que se mueven alrededor del boxeo y, por sobre todo, una muestra histórica de valentía por parte de uno de los mejores púgiles de la actualidad. “Detesto la cobardía con la que se comporta Julio César Chávez Jr, su entrenador Freddy Roach y promotor Bob Arum, evitando cada día una pelea conmigo y construyendo día tras día un boxeo de mentira. Jamás pensé que un Campeón Mundial pudiera evitar de esta manera a alguien. Julio César Chávez Jr. es el cobarde más grande del mundo, seguido por Bob Arum. Por desgracia, este tipo de actitudes pueden herir de muerte a nuestro deporte. Lo que estoy haciendo es dar un golpe a la mesa para que todos vean para donde va el boxeo”, sentenció con crudeza y agregó: “miré lo que hicieron conmigo tanto el Consejo como HBO. Por eso los dejo. Es razón más que suficiente para tomar la decisión que tomé y mirar otros horizontes”.

En lo inmediato, esos horizontes indican que el 17 de marzo defenderá, en el Madison Square Garden, su faja de la revista The Ring ante el inglés Matthew Macklin: “Basta a Bob Arum, basta al CMB, basta a HBO. Todos ellos han sido y son cómplices de una mentira. Este es el momento correcto de tomar esta decisión, he tenido mucha paciencia. El 15 de enero me voy a reunir con Sampson Leckowicz y Lou Dibella para ver cómo nos organizaremos de ahora en más. Mi objetivo es el mismo de siempre: demostrar que soy el mejor del mundo", concluyó.