Las imágenes en la pared muestran la amarillenta pátina del paso del tiempo. Hombres engominados y de estricto traje despliegan su conocimiento sobre tableros que ya perdieron la nitidez de su blanco y negro. Son los pioneros del Club de Ajedrez de Quilmes, formado el 22 de septiembre de 1912 sobre la base del inglés Chess Club. “El club nació el mismo año en que se hundió el Titanic, pero nosotros logramos salir a flote”, ríe su actual presidente, Antonio Pérez, quien, a meses del Centenario, analiza para DQ el pasado, presente y futuro de la institución.

- Obviamente se trata de un cumpleaños más que especial ¿en que consistirán los festejos del Centenario?

- Serán varios eventos. Por un lado estamos trabajando en un Magistral que, de concretarse sería un verdadero sueño. Después, vamos a organizar partidas e invitar Maestros Internacionales para un torneo abierto de jerarquía. Por último, haremos una gran cena para los socios activos y socios honorables, es decir, aquellos que dieron mucho por la institución.

- ¿En que fechas se harán?

- La idea es respetar la fecha de la Copa Quilmes para el aniversario de la ciudad, la cual en esta oportunidad va a estar jerarquizada con Maestros Internacionales. El Abierto sería en julio y en septiembre la cena.

- En estos momentos vos sos el presidente, pero han ido rotando en sus funciones ¿desde hace cuánto tiempo vienen trabajando como comisión?

- Yo hace cerca de 30 años que soy socio y se empezó a trabajar seriamente en la recuperación del club hará unos 17.

- ¿Cómo se dio ese cambio institucional que llevó al saneamiento de la institución?

- Cuando el club tendía a desaparecer un grupo de padres de familia con los Plazaola a la cabeza, acompañados por los Rodhenburg y Dominiccini, se unieron y armaron una copa para los pibes. Ahí nace la Copa Quilmes y, a partir de ese momento, toman la posta en tratar de recuperar el club y darle vida. Eso fue muy meritorio, ya que fue la mecha que encendió el motor para propulsar nuevamente a la institución. Después nos sumamos varios más.

- ¿Cuál creés que fue el mayor logro de todos estos años?

- El más importante es, después de haber estado a punto de desaparecer, haber logrado llegar al Centenario. El segundo es tener a la única Maestra Internacional de la historia de Quilmes, nacida en el Club de Ajedrez y que continúa siendo socia, que es María de los Angeles Plazaola. El tercero es haber conseguido la sede propia, un logro enorme. Y, otro punto para destacar, es el haberle dado casa a los chicos especiales que vienen a aprender ajedrez. Creo que eso nos abrió mucho las puertas del alma y es, en mi apreciación personal, una de las cosas más lindas que nos pasó.

- En base a todo esto que comentás ¿cómo encuentra estos 100 años al club?

- Ajedrecísticamente lo encuentra tratando de remontar. En cuanto a jugadores, quizá no haya la talla y el número de los años 70 u 80. Pero no nos desespera. Apuntamos a estar bien e ir haciendo las cosas de a poco y, si podemos formar chicos que algún día compitan, bienvenido, en eso estamos. Recordemos que lleva muchísimo tiempo prepararlos y, de hecho, acá se han iniciado y formado muchos pibes que eran socios y han emigrado.

- Imaginate que pudieras viajar en el tiempo ¿cómo te gustaría encontrar al club en otros 100 años?

- Me gustaría encontrar una institución como la que estamos teniendo en la actualidad, con cuentas claras y administración transparente. No me gustaría ver otra vez un club arrasado e hipotecado. Me encantaría que siga siendo como está hoy, obviamente todavía mejor, pero manteniendo un buen grupo humano y con dirigentes que amen al club y que trabajen por él. Que el club sea su piel, no su interés. Pero, en realidad, si todavía me prestás un rato más está máquina del tiempo, me gustaría viajar muchísimos años atrás. A la época de las fotos antiguas que tenemos en las paredes. Cuando al club se iba de traje y no era algo común jugar al ajedrez. Me hubiera gustado conocer a esa gente y decirles: todavía estamos, pueden venir.