Quilmes cumplió con su deber en la provincia de San Juan. Los dirigidos por Omar De Felippe estaban obligados a sumar de a tres para no perder el tren de los primeros en la tabla y para cuidar su actual puesto de Promoción. Y el equipo lo logró con total contundencia y sin tener que esforzarse en demasía, porque enfrente estaba un Desamparados que transita un pésimo momento futbolístico. Aunque la medida no fue la justa, los tres puntos sirven y mucho. El partido estuvo suspendido unos minutos por incidentes con los hinchas locales.

Después de un par de derrotas y del muy flojo nivel mostrado en la victoria de la fecha pasada ante Chacarita, el Cervecero llegaba con la necesidad de cambiar la cara y mostrar un crecimiento en todo sentido. Y si bien, no terminó redondeando una actuación para sacarse el sombrero, también es cierto que casi no debió transpirar para ponerse en ventaja y para asegurar tres unidades que le vienen muy bien en este momento del equipo.

Casi no había habido situaciones de gol (apenas un cabezazo de Sebastián Martínez) cuando al QAC se le presentó una inmejorable chance de gol: lo derribaron a Caneo dentro del área y penal. El numero diez no dudó, lo pateó al medio quemándole el arco a Aguiar y poniendo la primera diferencia a favor del equipo.

A partir de ese momento y hasta los minutos finales, Quilmes controló bastante el juego, pese a no tener tanto tiempo la pelota. Pero en los cinco minutos finales, se vio lo mejor en ofensiva de un Desamparados que lo obligó a trabajar a Emanuel Trípodi. Y el arquero se lució, principalmente, en un tiro libre ejecutado por David Drocco. Pero cuando parecía que la visita iba a terminar ese tramo inicial con ciertos apuros, llegó una contra rápida que comenzó Garnier, que siguió Leandro Díaz habilitando de gran manera a un Cauteruccio que, mano a mano con el arquero, no se equivocó y amplió la ventaja.

A esa altura de la jornada, los dos tantos parecían una ventaja indescontable para un improductivo elenco sanjuanino. Encima, en el momento que intentó aprovechar algún error de la defensa cervecera (provocando alguna otra revolcada de Trípodi), Quilmes le dio el golpe de nocaut: acertando en su función de pivote, Facundo Diz le bajó el balón al recién ingresado Ezequiel Rescaldani, que eludió al arquero y con una buena definición anotó su primer tanto con la casaca del Cervecero.

Iban 27 minutos del segundo tiempo y el tiempo que restaba por jugar estaba de más. Eso fue lo que sintieron también los hinchas de Desamparados que se invadieron el campo de juego con la clara intención de dejar a la vista su desaprobación con la campaña y suspender el cotejo, ante la nueva derrota que iba a acumular el equipo.

Luego que los bomberos hicieran un fuerte trabajo para contener a la parcialidad local, Echenique le dio continuidad al juego, tras cinco minutos de parate. Pero a esa altura, ya todo estaba juzgado. Mientras Quilmes sumaba un triunfo que lo mantiene firme en sus aspiraciones, Desamparados acumulaba otra desazón, que lo dejó en puesto de descenso directo. Indudablemente, dos equipos que son polos opuestos y que expusieron con claridad sus realidades en la tarde sanjuanina.