El suspenso en la definición de la Premier League inglesa llegó hasta la última fecha, hasta el último minuto: Manchester City, que estaba obligado a ganar, empataba de local ante QPR y se despedía del sueño de gritar campeón tras 44 años de sequía… sin embargo, a los 48’ Sergio Agüero se vistió de héroe y, gigante, clavó un golazo que, literalmente, valió un título. El quilmeño, en su primera temporada con los Ciudadanos, ya se recibió de ídolo.

Los dos Manchester llegaban hasta esta instancia igualados en puntos aunque el City, de conseguir una victoria, se coronaría campeón gracias a la diferencia de gol a su favor. Parecía tarea sencilla ya que enfrente se encontraba Queens Park Rangers, tradicional equipo londinense que peleaba por no descender, pero, fuera de toda lógica, resultó ser un encuentro para el infarto.

El equipo Ciudadano arrancó arriba con gol del argentino Pablo Zabaleta y todo era festejo hasta que, sorpresivamente, el QPR logró dar vuelta el resultado y el nerviosismo se apoderó del estadio. Pasaban los minutos y, recién en el descuento, Dzeko estampó el empate, luego solo quedaría tiempo para el milagro, para la epopeya: el Kun tomó la pelota en velocidad, eludió a un defensor que quedó desparramado y soltó un derechazo demoledor al primer palo para desatar la locura y darle a los celestes su tercer campeonato de Liga.

En total, Agüero disputó 34 partidos de Premier League, en los cuales anotó 23 tantos y dio 10 asistencias. Fue el máximo artillero y figura de Manchester City a lo largo de la temporada y el héroe en la final. Aún en la cancha, con una bandera mitad de Independiente y mitad Argentina al cuello, el crack surgido en el Rojo tiró una frase que da cuenta de su desfachatez y humildad: “Lo único que hago es jugar al fútbol y que la gente se pueda divertir”.