Partido con final accidentado en La Plata. Gimnasia y Quilmes terminaron a pura expulsión un encuentro de muy bajo nivel, en el que los dirigidos por Omar De Felippe no supieron como contrarrestar las pocas armar que presentó el local para pelearle el juego. De esta manera, ambos conjuntos también se sacaron una tarjeta roja: el empate los margina de sus principales objetivos. Al Cervecero le quedó muy lejos la chance de intentar ir por el ascenso directo. La buena es que ya tiene casi asegurado un puesto en la Promoción.

El Cervecero llegaba a La Plata una vez más con la obligación de ganar en el cierre de la fecha, para tratar de mantenerse a tiro de aquellos conjuntos que encabezan las posiciones (si ganaba quedaba a dos puntos de River e Instituto). Pero como ya le sucedió en otras oportunidades, le costó hacer valer un patrón de juego y, principalmente, no tuvo el fervor de un elenco candidato.

Pese a eso, la intención desde un primer minuto fue no especular con el resultado. Desde el arranque mismo, el QAC llevó el partido al campo contrario, queriendo ser profundo. Pero la poca capacidad para hacer valer ese protagonismo con la tenencia del balón, lo llevó a ser absorbido por un Gimnasia que le puso mucho vigor y que se sintió cómodo para buscar el arco contrario de contraataque.

Pero en el tramo inicial se quedaron en intenciones y lo mejor vino en el inicio del tramo decisivo. Primero por una escapada de Nicolás Cabrera (de lo mejor del encuentro) que tuvo la fortuna de ver como el centro que tiró para la cabeza de Altobelli, se terminó colando en el segundo palo de Trípodi. Pero Quilmes no llegó a sentir el golpe, porque apenas cuatro minutos más tarde, Caneo transformó en gol un polémico penal sancionado por Beligoy.

De ahí y hasta al final, alternaron momentos y ocasiones. En la más clara para los de De Felippe, el arquero Monetti le sacó un buen pelotazo al propio Caneo, y en la más propicia del Lobo, Carli sacó en la línea un balón que había rebotado en la cara de Goux. Pero la situación más trascendente llegaría sobre el cierre. Luego de un tiro libre (en esa falta había sido expulsado De Blasis) y una pelota dividida que cayó en el área local, se generó varios encontronazos que culminó con la expulsión de ¡cuatro futbolistas! Y de ahí en más, el juego se desvirtuó por completo.

Entonces fue empate. Merecido por la incapacidad de ambos para saber como sobresalir y hacer las cosas mejor que otro. Castigo para un Gimnasia que se queda sin nada con cuatro partidos por jugar y para un Quilmes que todavía no puede mostrar una buena versión en un cotejo decisivo y trascendente. Al menos, le quedan cuatro partidos por delante para seguir probando, si es que a partir de ahora su destino lo liga a disputar una promoción frente a un equipo de Primera.