Premio a no haberse dado por vencido en la adversidad. Pese a no jugar un buen partido y siendo dominado en varios ratos por Atlético, Quilmes logró un empate milagroso en el último minuto del partido, que le permite mantener su invicto en el certamen. Una buena jugada del debutante Cristian Insaurralde y la definición con suspenso del cuestionado Facundo Diz, le permitieron salir con vida de su visita a Rafaela. Antes de eso, el equipo había mostrado la imagen más floja del campeonato y las tapadas de Trípodi le permitieron mantenerse con vida en el tanteador.

El nuevo capitulo del QAC por la Perla del Oeste santafesino, parecía tener el final decepcionante de siempre. Cancha maldita para el equipo, donde no pudo ganar en toda su historia y donde ha debido soportar duros golpes en sus enfrentamientos en el ascenso. Pero en este caso, el desenlace le iba a dar una alegría de esas que escasean cada vez que se da una vuelta por el Monumental.

Es que, sin haber tenido un pleno dominio de las acciones durante los noventa minutos, Atlético fue superior al Cervecero y mereció quedarse con el triunfo. Supo aprovechar el momento más incisivo de la parte inicial para sacar ventaja, gracias a una buena pared y una mejor definición de Iván Juárez, que con el revés del pie derecho cruzó el remate por lo bajo. A partir de ahí, lo que era un partido de momentos se transformó en un monologo del local hasta que se quedó con diez hombres.

La expulsión de Cristian Vella lo alejó por un rato del arco rival y terminó de desnudar la falta de ideas de un Quilmes, al que todo le costaba el doble: dudoso en la circulación de la pelota e incomodo ante los pocos espacios del campo, chocaba una y otra vez con su falta de resolución y profundidad en los metros finales. Encima, con el correr de los minutos comenzó a dar ventajas defensivas, que se profundizaron con la roja a Joel Carli.

En ese momento, la potencia Federico González hizo estragos y sino le sirvió a Rafaela para asegurarse los tres puntos fue porque Trípodi volvió a lucirse en un mano a mano y porque Garnier sacó una pelota sobre la línea. De cualquier manera, ya era el final y Quilmes no demostraba condiciones para cambiar el rumbo del juego…

Pero el conjunto dirigido por De Felippe, a pesar de ser superado, nunca se entregó y tuvo una más. Insaurralde, en su mejor jugada en el partido, desbordó bien por la izquierda y su centro lo encontró a Diz en la mejor posición para un goleador: solo en el punto del penal. Pese a pegarle mordido, la pelota se escabulló por debajo del cuerpo de Sara. Fue la última jugada del partido y fue empate. Milagroso y disfrutable como pocas veces, en un terreno tan esquivo.