Se terminó la agonía para Argentino de Quilmes. Después de tanto transpirar y gracias a una impresionante campaña, el conjunto de la Barranca puede gritar campeón. En medio de un clima de fiesta, a los dirigidos por el Búfalo Szeszurak les costó un tiempo encaminar el partido ante Atlas. Recién en el arranque del tramo definitorio pudo ponerse en ventaja y de ahí en más, casi no sufrió para sumar el duodécimo triunfo en cadena que les permitió poder celebrar a dos fechas del final del campeonato. ¡El Mate ya es de la C!

Si bien, todo estaba preparado para el gran festejo, antes de eso hubo un partido y una obligación más para el elenco de la Barranca: debía sumar una unidad más, si es que quería dar la vuelta ante su gente. Enfrente tenía al siempre molesto Atlas, aunque la historia reciente entre ambos conjuntos, le daba cierta tranquilidad previa a los conducidos por Szeszurak.

Pese a eso, en medio del clima de euforia, el local se mandó un macanón: fueron todos a buscar una pelota quieta y nadie quedó para el rebote. El resultado de eso fue una contra de tres jugadores del Marrón ante Leguizamón. Y aunque el arquero mate pudo tapar en primera instancia, nada pudo hacer ante la aparición de Néstor Leguiza, que definió con el arco vacío.

Había que remontar la historia. El equipo se tranquilizó, pero mantuvo su enjundia, para llevarse por delante a su rival y alcanzar rápidamente el empate. Fue Matías Correa el que cabeceó en el primer palo, anticipando al arquero visitante y generando la tranquilidad de los más de tres mil hinchas que se dieron cita al estadio.

Y todo terminaría de encaminarse en el comienzo del tramo definitorio. Cuanto todavía no habían pasado sesenta segundos, Chuky Leguiza bajó de gran manera el balón y definió a un costado para desatar el delirio general. A partir de ese momento, comenzaron los cambios y dejar pasar los minutos. Atlas amagó con alguna situación de peligro, pero se quedó en veremos, por eso permitió que el Mate aumentara gracias a una estupenda acción individual de Ramón Borda, que colocó la pelota en el ángulo y sentenció el tanteador.

Pafundi pitó a los cuarenta y cinco clavados y dio paso al festejo contenido. El equipo y la gente se mancomunaron dentro del campo de juego, para dar rienda suelta a la alegría. Fueron siete duras temporadas en la más baja de las categorías de AFA, que Argentino pudo cortar con una campaña impecable e histórica por la cantidad de puntos conseguidos. Ahora le quedan dos partidos por delante para seguir disfrutando.