La rápida desventaja le complicó la vida a Quilmes, que sufrió bastante ante el puntero del campeonato, haciendo a Silvio Dulcich figura del encuentro al tapar un penal y un par de mano a manos. Pero lo que parecía que iba a terminar en derrota porque el equipo no le encontraba la vuelta al murallón defensivo propuesto por Newell’s, tuvo un cambio de rumbo sobre el final, porque Caneo, si otra vez Miguel, encontró un rebote y mandó el balón a la red. Así, los de De Felippe sumaron un punto que vale oro, por el rival que tenían enfrente y por lo que cotiza en la tabla de los promedios.

Pese a no haber ganado otra vez como local, esta vez el empate se festeja. De antemano, se sabía que el rival era de los más complicados que venía por delante y si a eso se le suma, la forma y en el momento en la que se dio el empate, sin duda que el punto termina siendo más que positivo en este momento del Cervecero.

El conjunto visitante se puso en ventaja rápido tras un remate de Maximiliano Rodríguez que provocó rebotes en el área y derivó en el goleador del torneo Ignacio Sccoco, quien en espacio reducido eludió a Dulcich y definió de derecha. Encima, pudo sacar mayor ventaja en el marcador después de un penal que Goñi le cometió al propio Scocco, pero luego el goleador del campeonato no pudo con la gran figura que tendría el encuentro: Dulcich se arrojó a su derecha y contuvo la pelota con su cuerpo.

Un par de minutos más tarde, Martín Tonso culminó un contraataque con un remate de zurda abajo y el arquero local se volvió a lucir conteniendo el remate.

En la segunda parte, Omar De Felippe decidió darle más profundidad al ataque con los ingresos de Mansilla y Diellos primero y de Oberman después. Pese a eso, el equipo siguió sin tener profundidad. Mientras, Newell’s se retrasó en el campo y buscó aumentar el marcador de contra pero siempre chocó con la gran actuación del arquero que jugó su primer partido como titular en el QAC. En el recuento hubo: un disparo peligroso a Scocco, un mano a mano a Tonso, entre las más claras de la visita.

Pero, cuando el partido se terminaba y Quilmes atacaba con más ímpetu y amor propio que inteligencia, alcanzó la igualdad con un derechazo de Caneo, que tomó el rebote de un balón que apareció perdido en el área. Alegría total para la mayoría del estadio, que vio como el partido cambió de rumbo, cuando parecía que se le escapaba sin poder revertir la historia.

Un puntazo que sirve para seguir descontando unidades del objetivo final, pero que se valora más por la dureza que presentaba el encuentro que por la posición en la que quedará en la tabla de los promedios al final de esta fecha.