Cada cual podrá hacer su lectura de lo que fue el empate que Quilmes consiguió ante Lanús. Por un lado, el positivo, sirvió para cortar la serie de derrotas y para maquillar un poco la muy pobre performance de la semana pasada, principalmente por la buena actuación individual de varios de los protagonistas. Por el otro, el negativo, le sigue costando mucho generar juego y profundizar una idea futbolística, lo que se traduce en las muy pocas situaciones de gol que tuvo a su favor. De cualquier manera, el empate fue justo y ambos equipos se fueron conformes del Centenario.

Muchas miradas se habían posado sobre el conjunto de Vivas, para ver como reaccionaría este domingo después de la goleada en contra de la fecha pasada. Encima, sabiendo que enfrente estaba uno de los rivales más complicados de del torneo, que se ha armado para pelear el título. Y a la hora del balance general, los dos estuvieron debajo de la media de sus posibilidades, por eso la igualdad termina siendo un resultado justo para el partido.

Los dirigidos por los Mellizos Barros Schelotto arrancaron mejor el juego, gracias a los centros de la derecha del paraguayo Ayala y de la velocidad de Pereyra Díaz. Justamente, este contó con tres situaciones de gol en esos primeros 45, pero en ninguna pudo acertarle al arco. Al QAC le costó meterse, pero lentamente fue equiparando las cosas, para ya en los minutos finales, contar también con las suyas para convertir: cabezazo de Caneo cerquita del travesaño, palomita de Martínez que no llegó a conectar la pelota en la boca del arco.

Con un Garnier cumpliendo como lateral derecho como si fuera natural en el puesto, con Alegre que lentamente se fue asentando en su tercer partido en la primera, Zacaría siendo más punzante con el correr de los minutos, un Braña firme y necesario en el medio y la aparición revitalizante de los pibes (Pitu Gonzalez y Matías Morales), el Cervecero siguió mejorando su producción, al punto de haber sido un poquito más en el tramo final. Obviamente, sin claridad ofensiva, ni tantas chances concretas.

Con enjundia, ganas y actitud, el equipo fue al frente y se lo llevó por delante a un Granate apagado, que mostró poco de sus antecedentes previos y que en el segundo tiempo apenas pateó un par de veces al arco. En cambio, un remate de Garnier que contuvo Marchesín, otro centro del jujeño que se llevó por delante Goltz casi le complica la vida a su arquero, mientras que Telechea (ya en posición de nueve) no terminó de definir de forma correcta ninguna de las que tuvo.

Algunos puntos para destacar y varios que todavía siguen en el debe. Por ahí anda Quilmes a esta altura de la temporada, sabiendo que se vienen compromisos importantes por delante y que puertas adentro tendrá que hacer un análisis sesudo para hacer la lectura correcta de su presente futbolístico.