Pasaron siete días, pero la novela tuvo ribetes parecidos y un final calcado para Argentino de Quilmes en su segunda participación de la temporada. En un encuentro parejo, donde el elenco que hacía el primer gol tenía muchas chances de quedarse con el triunfo, los dirigidos por Oscar Santángelo volvieron a pagar por errores puntuales, que terminaron inclinando la victoria para Flandria. Los de la Barranca siguen sin poder mostrar su mejor cara y sufrieron el haber repetido expulsiones, en este caso, culminando el juego con dos hombres menos.

Sin dudas, el primer tiempo mostró poco de ambos. Un remate de Jorge Coria, que el arquero Griffo despejó hacia un costado, fue solo un espejismo de un Mate al que le terminó costando demasiado poder plasmar su idea de pelota a ras de piso. Porque los interlocutores para ello fueron intermitentes durante todo el partido y porque el pésimo estado de la cancha colaboró para los errores generales. Mientras tanto, el local encontró una interesante salida por la izquierda con el tándem Sirelli-Sandoval, pero sus principales aciertos fueron por la pelota quieta.

La segunda mitad tuvo otro ritmo. De golpe, ambos elencos comenzaron a acertar cerca de las áreas y el encuentro se volvió de palo y palo. El Celeste tuvo de las más claras, con una media vuelta de Gonzalo Juárez y un cabezazo de Correa, y en ambos el arquero fue protagonista. Los de Jáuregui casi embocan una contra, pero Molina no definió bien. Pero en la siguiente no volvería a fallar: Andrés Montenegro recibió con muchas libertades en el borde del área chica, al punto de poder pelear la pelota, girar y sacar un derechazo que pegó en el travesaño y picó dentro del arco.

Si bien, esta situación desesperó a Argentino, el equipo todavía tenía armas para complicar. Una muy buena jugada individual de Alessandrini (la única del partido), en la que enganchó dos veces y quedó perfilado para el gol, terminó pegando en un defensor y en la contra rápida, Horvat fue al cruce, llegó tarde y vio la roja. Un futbolista menos, después que el árbitro le haya perdonado la vida un rato antes al zaguero Mussón, del local.

El ingreso de los pibes Saayavedra y Da Luz revitalizaban el ataque, pero enseguida llegó otra mala: Alessandrini enganchó dentro del área marcado por un rival, se dejó caer y el árbitro le sacó la segunda tarjeta amarilla por simular. Con nueve hombres en el campo y a menos de diez minutos del final, la historia empezaba a tornarse casi imposible para el Mate.

Flandria podría haberlo liquidado en esos diez minutos, porque contó con muchas situaciones ante un rival jugado, pero recién en el tercer minuto de descuento llegó al tanto de la sentencia: desborde del ingresado González y taco de Adrián Juárez, otro que había entrado un rato antes y señaló un golazo.

Un panorama muy distinto del imaginado y que obliga a Argentino a seguir trabajando. Corregir errores y aferrarse a una idea de juego para el equipo, serán puntos vitales. Claro que, mientras eso sucede, estará obligado a empezar a sumar.