La fiesta estaba preparada en Varela para vivir un partido especial y que prometía de forma anticipada. Pero el clima desde temprano ya comenzaba a complicar la historia. La lluvia temprano y viento polar de la tarde terminaron contagiando a los futbolistas dentro del campo de juego: show de errores, en medio de un partido cortado, muy hablado y en el que tanto Defensa y Justicia como Quilmes no pudieron sacarse diferencias. El elenco dirigido por Quattrocchi tuvo un primer tiempo regular y un segundo malo, donde se dedicó a aguantar los embates del rival.

Si bien, cualquiera podría imaginar que se iba a tratar de un partido de entrega total, en el cual el no perder iba a prevalecer, los rendimientos de la semana pasada de ambos conjuntos invitaban a presagiar un trámite de alto vuelo, con situaciones cambiantes y opciones para ambos lados… pero la cosa terminó siendo bien distinta.

Pese a eso, en los primeros veinte minutos se vivieron las principales emociones. El local, que siempre fue más incisivo, tomo la delantera con un centro desde la izquierda que aprovechó Washington Camacho en el punto del penal, ante una mala salida de Walter Benítez. Parecía que la situación se le iba a poner pesada al QAC, pero rápidamente encontró la igualdad: pelota quieta bien preparada, que Carli bajó al medio y Brian Sarmiento definió de primera contra un palo.

En el momento de más paridad, Defensa contó con las dos jugadas de gol más claras que hubo en lo que quedó del partido. Una que Camacho no pudo desviar entrando por el medio del área y enseguida, Leandro Gonzalez disparó cruzado a pocos metros del arco y el balón se fue pegado al palo. A esa altura, la salida del propio Sarmiento (mínimo con esguince de rodilla) sería un problema que no terminaría de suplir en toda la tarde.

El tramo complementario tuvo un desarrollo definido: mientras los de Varela se instalaron definitivamente en campo contrario, el Cervecero se retrasó en el campo y se dedicó a aguantar, entregando casi completamente la pelota. Pero a pesar de su vértigo constante, al Halcón le faltaron ideas en ofensiva para trasladar en situaciones todo ese compromiso que aparentaba tener con el espectáculo. Quilmes se conformó con un remate de Klusener y una corrida de Hipperdinger, para justificar su presencia en el partido.

Ya con diez en la cancha por la expulsión del uruguayo Santiago Martínez, que otra vez tuvo un muy mal partido, la postura de ambos se acentuó, pero las equivocaciones superaron largamente a las virtudes y el partido se esfumó sin que haya alguna ocasión que alterara un desarrollo, donde el empate se hizo inamovible.

Los dos se quedaron con las ganas de una alegría mayor. Para el QAC la situación sigue siendo complicada, porque sus rendimientos son bajos y porque continúa perdiendo jugadores por lesión. Encima, se viene por delante un San Lorenzo necesitado. En síntesis, tendrá que vivir el día a día, como viene siendo hasta ahora.