El horario tan tarde en el que se disputó, ayudó para que el partido se transforme en un buen antídoto para aquellos desvelados. Para el olvido fue el partido que jugaron Tigre y Quilmes en Victoria, en el cierre de la fecha. Los dos agudizaron su muy flojo momento, dejando poco y nada para rescatar dentro del terreno de juego. El Cervecero sigue agudizando sus carencias a la hora de establecer un plan de juego, al punto que casi no generó situaciones de peligro y lo podría haber perdido en los últimos diez minutos, cuando el rival se le vino encima. El punto, lo más destacable.

Muchas veces en el fútbol se dice que la tabla no miente, y este caso no fue la excepción. Que estos rivales aparezcan en el fondo de la tabla es un fiel síntoma del momento que están atravesando y de lo poco que pudieron hacer para agredirse futbolísticamente durante noventa y pico de minutos. Los errores conceptuales y aquellos que pudieron llevar a la práctica superaron a las ganas y la intensidad que pusieron en varios pasajes del match.

Más allá que el QAC intentó ser más profundo con la intensión de hacer su juego por las bandas y de un Tigre que se iluminó un ratito cuando Lucas Wilchez pudo hacerse de la pelota, el primer tiempo se quedó en amagos, ya que no ni una sola situación de gol realmente clara frente a los arcos.

La impotencia para poder traducir en el campo sus sanas intensiones de protagonizar el trámite del encuentro, fueron achicando a un Quilmes que, salvo en el arranque mismo de la segunda mitad, después solo tendría ráfagas o mínimos pasajes a su favor. Claro que los nervios y algunos insultos que llegaban de la tribuna, descolocaron a un Tigre que se mostraba como el mejor rival posible para esta actualidad de los dirigidos por Quatrocchi.

Solo por los cambios y una avanzada encontrada de los pelos más que buscada con claridad, hicieron que en los últimos diez minutos el local desperdiciara todas las opciones que no había tenido en el tramo anterior. Un disparo de Wilchez al travesaño y una bola que Carli despejó sobre la línea le podrían haber dado el triunfo a los del cuestionado Alegre. De Quilmes para destacar, apenas un remate de Sarmiento desde lejos que se fue besando el palo.

Poco de ambos para un momento delicado que les toca vivir. La mínima tranquilidad que le puede traer este resultado al Cervecero, es lo que queda como saldo positivo para permitirse soñar con una nueva oportunidad de intentar cambiar la historia en apenas siete días.