Desde que abrió sus puertas, el 28 de septiembre de 2001, Eh? Park rápidamente se convirtió en la cuna de varias generaciones de riders locales que nacieron y se criaron sobre sus rampas amarillas. También, en sede de demos internacionales de primerísimo nivel -como la inolvidable visita de los legendarios Christian Hosoi y Steve Caballero- y campeonatos de todas las categorías. Con su pista y bowl enteramente de madera es el templo del skateboarding nacional y un orgullo para esta ciudad. A 15 años de aquel día, Patricio Barretto -su fundador junto a Sebastián Vellón y Diego Maneiro- adelanta a DQ cuál será el siguiente paso en la continua evolución del mítico skatepark bernalense: pasar a ser un club social y deportivo en todas las de la Ley, función que, en realidad, ya hace tiempo viene desempeñando de hecho.

“Lamentablemente, el progreso de esta disciplina podría haber sido mayor si hubiéramos contado con el apoyo del Municipio, pero nunca le dieron relevancia a esta actividad, la cual siempre fue vapuleada y desacreditada. Sin embargo, con el paso del tiempo, logramos dejar en claro que se trataba de algo mucho más importante que un simple pasatiempo y demostramos a la gente que éste es un verdadero deporte que, además, cumple con una mayor función social de la que muchos veían en aquella época”, así rememora Patricio los días fundacionales de Eh? Park.

En aquel momento no había quedado ningún lugar donde poder patinar en la ciudad, entonces, estos tres amigos, al mejor estilo de la ética del Hazlo Tu Mismo tan ligada a la cultura skater, decidieron crearlo. Así nació esta pista que inmediatamente se transformó en una usina generadora, no solamente de actividades deportivas, sino también culturales. No es casual que actualmente ostente el récord de vida de un skatepark nacional o que haya sido el primer lugar en el que comenzó a funcionar una escuela de esta disciplina.

“Si bien no estamos registrados como una institución ni contamos con el amparo de ninguna entidad o área estatal, en realidad siempre funcionamos como un club: tenemos asociados y cumplimos una función social muy importante al mostrar la actividad a nuevos interesados y brindar un ambiente para rescatar a chicos que están vagabundeando en la calle por no encontrar lugares apropiados para la práctica de este deporte”, explica Barretto y concluye: “hoy tenemos una oportunidad de plasmar esto en los papeles, de forma legal, y que los usuarios y la comunidad en general pueda contar con los beneficios que ello implica”.