Con la ilusión de dejar atrás las últimas semanas convulsionadas que le tocó vivir, Argentino de Quilmes salió con cambios de nombre y esquema para afrontar un nuevo partido como local en el campeonato. Frente a Laferrere, la idea era tratar de recuperar algo de imagen positiva después de tres derrotas consecutivas. Pero el equipo de Monzón dio ventajas en el fondo, la visita se puso rápidamente en ventaja aumentó en un momento clave y la remontada se hizo imposible.

Es difícil analizar el trámite del encuentro despegándose de una jugada que fue vital para lo que vino después: iban apenas segundos cuando desde el fondo mate dejaron rematar por primera vez libre a un hombre de Lafe, de allí vino el corner en el que también hubo libertad para los jugadores visitantes, en el primer remate Leguizamón contuvo a medias (dejó un rebote muy corto) y el nueve, Lucas Scarnato lo aprovechó para mandar el balón a la red.

De a poco se fue recuperando con la pelota Argentino que, a diferencia de otros partidos logró ser más profundo en ofensiva. La participación de Fabrizio Acosta pasando constantemente en ataque, dos puntas bien abiertas para el juego rápido como Matías Martínez y Marclay, junto a un delantero de área como Claudio Grecco, le permitió tener más variantes que en partidos pasados.

Y aunque al equipo le sigue costando en la gestación, tuvo varias claras para marcar. El Pájaro Marclay tuvo un duelo individual con el arquero ex Vélez Sebastián Blázquez, que el uno ganó de forma clara, ya que se impuso en los tres mano a mano que tuvieron, aunque es cierto que fueron acciones muy forzadas para el delante celeste. Además, Grecco acertó de cabeza y su envío dio en el travesaño.

Pero cuando parecía que era el momento más propicio para los de la barranca, llegó un nuevo golpe clave de la visita. Iban 39 minutos y un buen centro de Dudy Pérez lo dejó solo, una vez más, a Scarnato, que cabeceó de forma bombeada para que la pelota ingresara por el segundo palo. Demasiada ventaja para un Laferrere que supo pegar en momentos claves.

Para la segunda mitad, Monzón mandó a Brian Chávez n la cancha pero pese a contar con muchos delanteros, el Mate se resignó a los centros y la firmeza área fue un punto clave en este Laferrere que tuvo claras las ideas desde un primer momento: fortalecerse en el sacrificio sabiendo la diferencia que tenía en su favor y aprovechar si es que el rival le daba fallaba o le regalaba espacios.

Los minutos fueron pasando y, salvo alguna revolcada de los arqueros, era difícil pensar que el marcador iba a volver a moverse. Fue el segundo triunfo consecutivo como visitante para los del Oeste, en detrimento de un Argentino que vive su peor momento en mucho tiempo, dejando claro que deberá trabajar mucho para mejorar su idea futbolística y, con ella, ayudar a la suerte que también dejó de acompañarlo.

Foto: Mate Eterno