La Garra, que el sábado había caído en su presentación ante Suecia (21-34), tampoco tuvo demasiadas oportunidades ante el vigente subcampeón del mundo, que se hizo fuerte y fue contundente jugando de local.

Un parcial para España en el comienzo del partido encendió las alarmas nacionales e hizo pensar en un arranque parecido al encuentro ante Suecia, en el cual Argentina no pudo hacer pie y quedó lejos de su rival rápidamente. Sin embargo, la selección mostró una mejor versión, igualando las acciones y manteniendo altas expectativas. Incluso, se mantuvo en partido hasta el minuto 20 (España arriba 10-9).

Pero llegarían los diez minutos fatídicos para las dirigidas por Eduardo Gallardo, que vio como sus conducidas elevaron considerablemente las pérdidas y por otro lado agrandaron la figura de la arquera española que cerró el primer tiempo con siete atajadas. Del otro lado del campo, hicieron gala de su efectividad para cerrar ese primer tiempo con una interesante ventaja 19-10 en el tanteador.

Como ante Suecia, el seleccionado femenino buscó revertir esa imagen final de la primera parte y salió a vender cara la derrota. Objetivo que en los minutos iniciales pudo conseguir, manteniéndose gol a gol, pero que no pudo sostener en el resto de la etapa. Le fue imposible descontar semejante desventaja y, lentamente, se fue entregando a la realidad de un partido que ya no estaba en sus manos.

Al igual que en el primer partido, la goleadora nacional fue quilmeña. En el primer cotejo fue Pizzo, en este caso le tocó a Karsten, destacándose con 4 tantos.

Ahora será tiempo de digerir este mal trago y mirar para adelante. Entendiendo que se trata de un nuevo proceso, que el equipo sufrió una inactividad demasiado prolongada por la pandemia (quince meses) y que tiene mucho para seguir creciendo y tomarse la revancha de la ausencia en Tokio.