El partido empezó con buen ritmo, actitudes ofensivas de parte de ambos y, rápidamente, goles que le dieron otro matiz al partido. Golpeó el local, con un buen centro bajo desde la derecha que el delantero de área por excelencia que tiene en el plantel, definió de primera ingresando por el medio. Se cortaba la mala racha, Argentino volvía a convertir en su cancha. Debieron pasar tres partidos (y un DT).

Pero el Milrayitas respondería y, aprovechando lo mal que marcó defensivamente su rival, Jonatan Morán se llevó la pelota y definió con comodidad. Desde ahí y en adelante, si bien el Mate fue algo más, le costó mostrar fortaleza y capacidad de resolución en los últimos metros del campo.

Pero el complemento estaría cargado de emociones y la balanza, de una vez por todas, terminaría inclinándose para el lado del Criollo. Lucio Nadalín sorprendió a todos cuando recién se cumplía el primer cuarto de hora, y apareciendo como puntero derecho, puso bien el cuerpo, se quedó con la pelota y terminó resolviendo de forma correcta y efectiva para volver a poner en ventaja a los dirigidos por Marcelo Gómez.

Enseguida, un encontronazo entre el juvenil Nicolás Muscio -de buen partido hasta ese momento- y Leonardo Romero cuando la jugada ya había sido frenada por el árbitro, culminó con roja para ambos. Esto complicó a los de Lomas, que debieron retocar su formación para suplantar a su arquero y encima, con la obligación por estar abajo en el tanteador.

Pero Argentino de Quilmes pegaría el golpe de nocaut, aprovechando un penal bien señalado por Germán Bermúdez, que Sosa transformaría en el tercer gol y definitivo para el juego.

Un resultado que descomprime, por el momento propio y porque enfrente estaba un peso pesado de la categoría, más allá de la versión tan desmejorada que muestra en la actualidad. Tranquilidad desde lo numérico para Gómez y sus dirigidos, pensando en ganar tiempo y que el nuevo ciclo pueda empezar a afianzarse dentro de un torneo exigente y de mucha paridad.

Foto: Los Andes oficial