El objetivo del entrenamiento funcional tiende a romper el espacio entre la fuerza del gimnasio y la capacidad de aplicar esa fuerza a tu deporte, trasfiriéndolo en la práctica. Los ejercicios funcionales y dinámicos condicionan patrones del movimiento y consolidan fortaleciendo el cuerpo en su conjunto, estimulando el equilibrio y la coordinación.

Muchas veces, cuando un deportista novato en este tipo de entrenamiento nos consulta cuán efectivo puede ser, concientizamos al jugador que estos ejercicios se transfieren directamente al deporte de conjunto que practica, tanto en los entrenamientos de campo como en el juego competitivo en si mismo. Y se ven sorprendidos por el efecto real en esta propuesta de entrenamiento como una variable que resulta objetiva y tangible para el cumplimientos de objetivos.

El entrenamiento dinámico funcional es, sin embargo, a veces mal entendido y muchos couch hablan sobre él sin saber realmente a donde enfocarlo o segmentarlo. En sus planificaciones adoptan ejercicios de alta intensidad de explosión y potencia para jugadores que todavía no han aprendido a manejar su propio peso...

Sin antes haber trabajado una real base de fuerza y de movimiento equilibrado, estos saltos de etapas de aprendizaje y entrenamiento exceden las capacidades fisiológicas de un jugador amateur, causando la tensión, descompensación, desequilibrio y eventual lesión.

Siempre decimos e inculcamos a nuestros deportistas la necesidad de dominar su propio peso ante entrenamientos de esta índole como objetivo prioritario: “Se lo que sos. Este es el primer paso para convertirte en mejor de lo que eres”, Julius Charles Hare.