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Luego que las vueltas de la vida lo llevaron a recalar como jugador y técnico por distintas instituciones, Héctor Andujar ha vuelto a su verdadero amor: desde 2008 dirige en el QAC a la Primera Caballeros y es el Coordinador General del básquet femenino y masculino (excepto minis). En una charla con DQ, analiza desde su rol de referente el lento resurgir de este gigante dormido.

- ¿Cuál es el balance de la primera mitad de año?

- Estamos transitando la ida de la rueda inicial del torneo de Primera y en inferiores venimos de varios ascensos en los últimos años. Estamos haciendo un trabajo de acercamiento de jugadores de otras instituciones y gracias a eso hemos logrado ascender cuatro niveles seguidos y ubicarnos primeros en la tabla general. Eso apuntala el trabajo a futuro.

- ¿Y en cuánto a la Primera específicamente?

- Hoy la categoría superior no está bien deportivamente, le cuesta ganar. El equipo mutó un poco con la ida de históricos y la llegada de jugadores nuevos, necesita un tiempo de rodaje. Sin embargo, creo que vamos por un buen camino donde el básquet del club, después de un período difícil, ha vuelto a vivir y avanzar tanto en Caballeros como en Damas, recuperando un espacio que se había perdido. El básquet del QAC tiene que ser un referente en la zona y hemos conseguido que los chicos lo vean así.

- Es decir, los mayores están en una etapa de recambio generacional, mientras que en menores están viendo los frutos del trabajo que han estado realizando…

- Exactamente. Este año hemos sumado algún jugador de Primera con experiencia y continuamos con la idea concreta de terminar de darle forma al desarrollo de los jóvenes. Para lograr el recambio, todavía les falta una temporada para llegar con firmeza y mantenerse en el tiempo.

- ¿Cuáles son los objetivos de máxima para la temporada?

- En Primera, siempre, es ganar la mayor cantidad de partidos posible. Estamos en una competencia que se está poniendo cruda en cuanto a los presupuestos. Mientras que la mayoría de los equipos ya tiene jugadores rentados, somos de los pocos que seguimos sin ser semi-profesionales.

- ¿Y en inferiores?

- Crecer, sobre todo tratar de desarrollar a los jugadores con potencial, aunque dándole la oportunidad a todos. Tengo la tranquilidad que la Primera siempre se ha nutrido de su cantera desde los minis. Hay chicos que realmente tienen condiciones para lograrlo. El club tiene que tener una política muy clara: ser formador y mantener una economía equilibrada para el día de mañana intentar tener un equipo profesional.

- En Damas, Quilmes se destacó por sus inferiores y buenos equipos en el metropolitano ¿cuán cerca se está hoy de recuperar esa tradición?

- Estamos recomponiéndonos, después de un tiempo en el que decisiones erróneas hicieron que se retrocediera. Hoy estamos completando todas las categorías, manteniendo un cuerpo técnico estable y con un preparador físico en Primera. Creemos que dejaremos una estructura armada.

- ¿Cómo ves el futuro del básquet en el QAC?

- Lo imagino sin mí obviamente, porque soy de las personas que creen que cuando ya no hay más para dar tiene que dejar que lo hagan los demás. Siento que hasta el momento he dado lo mejor de mí y al final de esta temporada encontraré la respuesta sobre si debo seguir o hacerlo desde otro espacio. No me gustaría que sea un básquet de mero aspecto social, hay una tradición deportiva que está ligada a la competencia y, si bien hemos pasado por momentos difíciles, este es mi club de pequeño y dejo todo por esta institución. Quiero verlo vigoroso, expectante, competitivo, con deseos. Todavía estamos a tiempo de recuperarlo.