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Sufrió, pero el resultado final le permitió una explosión de alegría. Después de un flojo primer tiempo, Quilmes creció en su nivel y se llevó por delante a Unión en el tramo complementario, llegando a la victoria a menos de diez minutos del final. Con un Cauteruccio intratable y otros puntos elevados en el plano individual, el equipo que dirige Omar De Felippe supo corregir el rumbo a tiempo y sacó adelante un partido muy complicado. Logró su segundo éxito como local y por ahora, es uno de los líderes del certamen.

Arranque soñado de la temporada para el QAC. Claro que, en este caso, debió transpirar y bastante para sacar adelante un cotejo complicado ante un adversario necesitado y que tiene el mismo objetivo por delante, tratar de mantener la categoría. Fueros dos tiempo distintos, uno donde Unión le manejó la pelota y no le encontró la vuelta y otra en la que cambió la marcha, mostró más actitud, encontró compañía por las bandas para los delanteros y fue mucho más que los santafesinos.

Para nada sorprendió el andar del juego y que fuera más difícil que el debut ante el poderoso Boca. El Tatengue tenía por delante una parada clave para su futuro inmediato y salió a jugar con el cuchillo entre los dientes. Sin la presencia de Caneo, durante esa mitad, el Cervecero se excedió con los pelotazos en busca de un picante Martín Cauteruccio, que fue una verdadera molestia para toda la defensa visitante. Más allá de eso, le costó manejar la pelota con criterio y por eso, en muchos tramos, se la entregó a su adversario, al que siempre le faltó profundidad.

Pese a eso, se encontró con la ventaja parcial, gracias a la excelente ejecución de un tiro libre de parte de Pablo Lima. El uruguayo la clavó en el ángulo izquierdo, haciendo imposible la estirada de Limia. Pero el festejo duró poco…apenas tres minutos más tarde, con una de las tantas pelotas quietas que tuvo cerca del área en esa primera mitad, Avendaño desvió un centro de Donnet para volver todo a la paridad.

Pero en el entretiempo parece haber habido un lavado de cabeza importante en el vestuario local. Es que, después de unos minutos iniciales de desconcierto, el equipo se acomodó mejor en la cancha y comenzó a mostrar su sintonía fina. Con Díaz y Garnier acelerando por las bandas y un Romero más certero con la pelota, Quilmes fue encontrando las opciones defensivas que hasta ese momento habían escaseado. Y así, contó con un par de situaciones claras de gol.

A esa altura, Unión parecía entregarse a la realidad del momento y a un resultado que le convenía. En cambio, el QAC no se dio por vencido y en un corner rápido de Cauteruccio, Carli metió el frentazo de pique al piso y vulneró la red contraria. Por el crecimiento de uno y el retroceso de otro, era justicia.

Pudo haberlo definido antes del final con una apilada de Caute, pero no se le dio. De cualquier manera, lo que había hecho en ese segundo tiempo le alcanzó para sacar tres puntos vitales en los promedios. Esos que lo alejan de los últimos lugares y que, además, hasta el momento le permiten disfrutar desde lo más alto de la tabla.