Se trata de un evento (y ejercicio) ya clásico de la Memoria para mantener siempre presente el recuerdo de los que hoy no están, el repudio ante lo que significó la última dictadura cívico militar y, sobre todo, conservar encendida la llama por la Verdad y la Justicia. Con esas consignas, cientos de personas volvieron a darse cita en Quilmes para disputar la Carrera de Miguel, homenaje al atleta detenido-desaparecido tucumano Miguel Sánchez, que en esta edición se largó por primera vez desde la Universidad Nacional de Quilmes. El local Eusebio Moyano, quien venía de conquistar la versión porteña de la competencia, ganó la prueba principal.

En esta ocasión, el domingo había amanecido lluvioso y gris, por lo cual muchos dudaron de la concreción de la edición 2014. Sin embargo, no hubo postergación y nada detuvo a los cientos de atletas profesionales y amateurs que se acercaron para particiar de las dos distancias incluídas, 4 y 8 kilómetros. “Quilmes fue el primer municipio de la provincia de Buenos Aires en realizar la Carrera de Miguel, la cual tiene un alto significado simbólico”, recordó Raúl Molnar, subsecretario de Deportes comunal, y agregó: “el tiempo no acompañó mucho, pero el atleta participa de estos eventos y los siente. El intendente Francisco Gutiérrez está muy comprometido con los temas de Derechos Humanos, por eso es muy importante que se realice en nuestra ciudad”.

Entre las damas, la atleta berazateguense Natalia Segura fue la más rápida, seguida por Yamila Sotelo y Cecilia Bazanelli. Mientras que entre los caballeros, la figura estelar fue la del quilmeño Eusebio Moyano, integrante del equipo del municipio, quien se alzó con el primer lugar, posición que ya había conquistado unos días atrás en la edición realizada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Detrás de él cruzaron la meta Adrián Mulko, también deportista local que ya había ganado esta competencia en años anteriores, y Mariano Flor. Por su parte, Martín Sharples -silla de ruedas- obtuvo el triunfo en la categoría de atletas especiales.

Para entrar en contexto, vale la pena recordar de qué se trata esta carrera. Miguel Sánchez, el menor de diez hermanos, nació el 6 de noviembre de 1952 en la ciudad de Bella Vista, Tucumán. En su adolescencia se mudó a Buenos Aires para desarrollar su pasión por el atletismo y comenzó a correr en las categorías libres para luego federarse en el club Independiente y ser entrenado por Osvaldo Suárez. Por ese entonces se vivían días difíciles bajo la dictadura, pero Miguel nunca abandonó su militancia política en la Juventud Peronista. Fue el 8 de enero de 1978 cuando, ya radicado en Berazategui, ingresaron a su casa y lo secuestraron.

La Carrera de Miguel tuvo origen en Italia, en el año 2000, a partir de una iniciativa del periodista italiano del diario La Gazzeta Dello Sport, Valerio Piccioni, quien reveló el caso junto a los periodistas argentinos Ariel Scher, Víctor Pochat y Pablo Llonto. Es por eso que cada enero en Roma la prueba ya es todo un clásico y diferentes ciudades se siguen sumando a la realización de esta competencia. Tal es el caso de nuestra ciudad, en la cual se disputa desde marzo de 2011.

Tras la premiación, acompañados por autoridades nacionales, provinciales y municipales, Carlos y Arturo Sánchez, dos de los hermanos del atleta desaparecido, expresaron que “no hay palabras de agradecimiento suficientes por el reconocimiento hacia nuestro hermano” y resaltaron ante la prensa y el público presente: “más allá del dolor de no haber podido nunca prender una vela o rezar un padrenuestro, participamos sin odio ni rencor”.