Apodado El Marciano en el entrono del tenis, según el mismo explica debido a que “cuando algo me gusta lo hago hasta extenuarme y quedo absorbido totalmente por ese objetivo”, Marcelo García es sin dudas uno de los entrenadores más destacado del país, al punto de que Guillermo Vilas eligiera su escuela SuperTenis para que se encargue de preparar a su hija Andanin. Hoy, con una camada de nuevos jugadores coqueteando con el profesionalismo, el quilmeño explica el porqué del éxito de su inagotable semillero.

“Una vez retirado de la capitanía del equipo de Copa Davis Junior de Argentina y del Interclubes del Club Náutico comenzamos otro proceso formativo en nuestra actual sede del Parque Cervecero, por lo cual aún no brillábamos a nivel resultados como lo veníamos haciendo anteriormente”, analiza García.

- ¿A que se debió dicho parate?

- La escuela de tenis siempre tiene ciclos en los cuales pareciera que las cosas no se están moviendo, pero en realidad ese es el período en que se están formando los jugadores. Son 4 ó 5 años que parecen una nebulosa hasta que se completa el proceso y arrancan con los buenos resultados. Ahora tenemos varios chicos en la franja de 16 a 18 años que comenzaron a jugar finales y ganar campeonatos nacionales.

- Es decir, están a un paso del profesionalismo…

- Tal cual. Ellos son Santiago Kearney -quien es sparring de Guillermo Vilas mientras entrenamos su hija, Andanin-, Tomás Bernárdez, Luciano Sosa, Alan Astudillo, Mariano Mazzoni, Francisco Bassan, Ariel Maldonado, Martín Aon y Elías Nario, quien ya está disputando las clasificaciones de profesionales. Esto es muy bueno porque si bien aún no tenemos un número uno de Argentina, como era el caso de Juan Pablo Paz, o un dos como Mariano Urli, en esta ocasión llegamos con más jugadores a una etapa importante, con la chance de que consigan tan buenos resultados como ellos.

- ¿Y cómo vienen los más jóvenes a nivel competitivo?

- En categoría 10 y 11 años tenemos a Nicolás García Longo y Jordi Leston, dos muy buenos jugadores que fueron convocados a los equipos de la Asociación Argentina de Tenis, mientras que en Damas están Julieta Lecce y Candela Bezzana. Sin embargo, a pesar de su talento y de estar felices por ellos, como estas son edades tan tempranas uno no lo pone como prioridad en cuanto a los logros, ya que aún tienen mucho camino por recorrer. En cambio, sí destacamos el tema de los chicos que nombré anteriormente, porque se bancaron mucho tiempo la etapa formativa sin tener resultados y ahora empiezan a tener intenciones firmes de llegar al profesionalismo.

- En cuanto a los entrenamientos, algunas veces son compartidos con dos leyendas del tenis como Guillermo Vilas y el profe Juan Carlos Belfonte…

- Durante los últimos meses varias veces realizamos el armado entre los tres. Mientras la hija de Guillermo entrena con mis alumnas, él pelotea durante casi una hora con cada uno de mi grupo de jugadores. Son tardes realmente muy buenas.

- Entonces, ¿el panorama de volver a insertar tenistas del distrito en lo más alto sigue firme?

- Seguro, ese siempre fue nuestro objetivo: está todo enfocado a poder potenciar a los jugadores de la zona. Este año la escuela cumple tres décadas por este mismo camino.

También cineasta

Apasionado del tenis como lo es, García amplió sus horizontes hacia un nuevo ámbito encarando un documental acerca de la vida de su gran mentor, el legendario profesor Juan Carlos Belfonte. En su debut cinematográfico, el objetivo es lograr mostrar al ser humano detrás del mito de quien fuera responsable de la formación de los referentes argentinos más importantes de este deporte.

“En Belfonte, el documental muestro cómo se construye un campeón y, a la vez, se cristaliza la apertura de un deporte que antes era de elite. El Profe logró este fenómeno socio cultural apoyándose en un mundo sutil como el del barrio y en los códigos de la calle, la firmeza de la lealtades y convicciones apoyadas y enmarcadas en el sentido común”, explica el quilmeño acerca de su película que próximamente será estrenada.