En el primer tiempo pasó poco y nada. Fue muy malo en líneas generales, lo que dejó expuesto el momento de ambos. Pero claro, con mayor dolor de cabeza para el QAC, que entre ambos, es el equipo se formó con aspiraciones de ser protagonista y pelear por el ascenso. En todo ese rato, apenas remató una vez al arco — y solo por la virtud de Anselmo de querer sorprender al arquero —, mientras que Tristán se despertó en los últimos quince minutos y terminó exigiendo algo a Milton Álvarez.

En el complemento se animaron un poco más, el cuarto de hora inicial fue lo mejor del Cervecero, que tuvo un cabezazo claro de Federico Anselmo y una que sacaron sobre la línea de gol y después se perdió en el rebote Martín Río. Pero duró un suspiro y volvió a caer en la intrascendencia de siempre, dándole la oportunidad al local de que crezca en el juego.

Y viendo las limitaciones de su adversario, Suárez fue. Primero la tuvo con un zapatazo de media distancia de Gonzalo Bergessio que dio en el travesaño y luego se perdió una clara, de cabeza abajo del arco y tras un corner.

Iban 33 cuando Quilmes tuvo otra muy clara, con un centro perfecto de Raúl Lozano desde la derecha, Anselmo cabeceó solo y afuera. Sobre el cierre, el que llegó fue Tristán Suárez, con una volea de Brian Miranda que obligó a una tapada con gran reacción de Álvarez. Pero como el local era el que dominaba y buscaba el triunfo, el QAC jugaba de contra y casi entrando en el tiempo adicionado, Mario Sanabria se fue mano a mano pero definió exigido y afuera.

Entre dos equipos muy limitados y carentes de ideas concretas, el empate terminó siendo justo. Quilmes continúa sin ganar ni convertir goles de visitante — van 6 fechas —. Aunque el problema mayor es el futbolístico. Sigue sin demostrar una idea concreta y, mientras sus rivales directos crecen, el equipo que dirige Mario Sciaqua parece no tener la fórmula para escapar a un momento mediocre y preocupante en la temporada.

Foto: QAC oficial