La fase de grupos fue arrasadora por parte del seleccionado dirigido por Hernán Siso. Los dos primeros partidos fueron goleadas sin atenuantes: 48-3 a Colombia y 42-7 a Costa Rica. Con algo más de oposición, pero también plasmando cierta superioridad, el cierre de la primera ronda fue con otra victoria, 27-17 sobre Uruguay.

En la semifinal, la dificultad ya fue otra. Con Chile como rival, no solo estaba en juego el pase a la final, sino también la clasificación al Mundial de Macedonia del Norte del próximo año. Pero demostrando juego y carácter, el elenco nacional se impuso 29-20 y, de esta manera, accedieron a la final, donde las esperaba Brasil, para una nueva edición del clásico sudamericano.

Las brasileñas marcaron el primer gol del partido, pero Argentina lo daría vuelta rápidamente y, luego de un trámite gol a gol hasta el 3-3, La Garrita despegó (7-3) en el tanteador, con una gran actuación de Sofi Gull en ataque. Con una defensa muy dura y buena efectividad ofensiva, las albicelestes lograron mantener la diferencia. El marcador era 15-12 al entretiempo.

El arranque del segundo tiempo mantuvo la misma lógica, con Argentina marcando un parcial de 3-1 en el arranque, volviendo a sacar cinco de diferencia. Con una muy buena actuación colectiva, el equipo no sufrió sobresaltos, la diferencia nunca se redujo y terminó ganando 28-22.

Por segundo año consecutivo, el título quedó en manos del equipo argentino. El año pasado, en el CeNARD, ahora en La Casa del Handball Argentino. Festejo por un buen torneo, otro trofeo y una buena proyección de cara al próximo Mundial. Han demostrado tener condiciones suficientes para dar pelea.

Fotos: CAH oficial