Justo en el encuentro ante el Funebrero, Quilmes volvió a vivir. Después de sus últimas malas producciones, Quilmes mostró un mejor nivel y, yendo de menor a mayor, le terminó ganando con total claridad a Chacarita en calidad de visitante. En el tramo inicial, el equipo de Caruso aprovechó una contra para ponerse en ventaja, pero tuvo a su arquero como figura. Pero en el segundo, controló por completo a su rival y sentenció la historia.

No era un partido más para el QAC, después de todo lo hablado durante las últimas dos semanas. La muy floja actuación antes del receso eleccionario, puso en dudas las posibilidades futbolísticas del equipo para meterse de lleno en la conversación. Pero en un solo cotejo, se encargó de echar por tierra esos cuestionamientos.

Es que, si bien nunca le sobra demasiado y por momentos la pasa mal (los últimos 10 minutos del primer tiempo en San Martín son un claro ejemplo), el Cervecero mostró cierto crecimiento en diferentes aspectos. Principalmente, tuvo una idea táctica que respetó y que por momentos la cumplió a la perfección, al punto de anular por completo a un rival urgido y aprovechando los espacios en la contra para llegar con opciones claras de gol.

Pero también mostró una mejor concepción a la hora de manejar el balón (Caneo fue clave en eso, jugando un gran segundo tiempo), un alto nivel individual de varios futbolistas de mitad de cancha para adelante y alternativas que estuvieron a la altura de las circunstancias. A eso hay que agregarle, el esfuerzo permanente y la solidez defensiva, que ya es una marca de este conjunto, y con un Trípodi que sigue siendo figura.

Por eso, sacó la diferencia cuando pudo, en una gran corrida de Telechea, que mostró una destacable puntería en su remate. Luego se dedicó a aguantar esa ventaja como pudo, rearmó sus filas para mostrar su mejor versión en varias fechas, sacó más diferencias con Mandarino (golazo por la jugada colectiva y la definición) y lo remató con un nuevo tanto de Caneo. En el único error defensivo, el local pudo llegar al descuento, pero ya era tarde…

A esa altura de la jornada, Quilmes había vuelto a demostrar que tiene con qué para estar en la pelea. Sacó tres puntos importantes, ante un rival necesitado y que iniciaba un nuevo proceso con toda la ilusión, se acomodó en la tabla y mira lo que viene con más optimismo. Un domingo nada lúgubre. Fue su vuelta a la vida.