¡Festejo austral de Quilmes! Desde la ciudad de Puerto Madryn llegó la gran alegría de la jornada para el pueblo cervecero. Los goles de Martín Cauteruccio sentenciaron rápidamente la historia en el primer tiempo ante Guillermo Brown y le permitió al equipo dirigido por Omar De Felippe poner el oído en las otras canchas. El triunfo de Ferro en Córdoba y la caída de Rosario Central en San Juan permitieron poder hacer realidad la hazaña. River fue el campeón de la temporada y el QAC se quedó con el segundo ascenso.

Histórico y justo. La gran campaña que realizó a lo largo de toda la temporada el equipo, merecía este final. Emocionante, infartante, pero por demás satisfactoria. Es que se trató de un torneo muy duro y que tuvo el desenlace más satisfactorio. Viniendo de atrás, Quilmes superó todas las adversidades y se quedó con uno de los dos lugares más deseados.

Sin dudas que en este último capitulo, las miradas estuvieron puestas más en canchas ajenas que en donde se estaba disputando el partido propio. Porque frente a un elenco suplente, a Quilmes le bastó con saber golpear en el momento justo, sacar dos goles de ventaja y manejar el partido casi sin sufrimiento. Dos apariciones en cinco minutos de parte de Martín Cauteruccio le permitió al equipo poder obtener una ventaja que sería indescontable.

Porque el local no supo como pese a las variantes, porque el Cervecero tampoco apostó mucho más, sabiendo que el gasto más importante ya estaba hecho y que solo quedaba esperar. Esperar por resultados que ayuden a creer e imaginar con poder el gran golpe…Y Ferro se hizo fuerte en Córdoba, bajando a Instituto. Y Desamparados, pese a irse al descanso, se dio el gusto de quitar de la pelea a Central en San Juan. A esa altura, el triunfo de River poco importaba…

A la gente ya le habían dado las señales suficientes para entender que era la jornada para dar el golpe. Ese que se cristalizó a través de las radios, de la imagen de la televisión y que generó un festejo partido en dos: los más de mil que estaban en Chubut, junto a los futbolistas y aquellos que se quedaron en la ciudad, disfrutando en los diferentes polos de atención, con epicentro en el Estadio Centenario y en la plaza de la estación.

Seguramente se trate de un ascenso más en los fríos números, pero en el juego y el esfuerzo, se trata de uno de los más gratificantes. Ahora se vendrán nuevos objetivos, aunque por estas horas se viven tiempos de festejos. Entonces, a seguir disfrutando.