No se necesita ser un experto en sociología o economía para poder ver la relación existente entre desempleo, pobreza y delincuencia. Son índices fríos, pero números reales al fin, que demuestran que cuanto menos trabajo hay y aumenta la pobreza; mayor es la cantidad de delitos. Todo, obviamente, multiplicado por el caldo de cultivo que es la marginación. Marginación potenciada en buena parte por la discriminación implícita cuando esta gente mediática hace creer que existe un “ellos” contra “nosotros”, y que por eso hay que protegerse del “otro”, del “diferente”, que asusta y es mejor ocultar, o pero aún, eliminar.

Nada de proyectos. Proyectos que realmente existen y sirven. Desde los clubes barriales hasta las escuelas deportivas municipales, donde los chicos aprenden que más allá de su condición socioeconómica, pueden autosuperarse y progresar en base al sacrificio y la constancia. Que con conducta, de a poco se pueden ir alcanzando los objetivos y que pueden confiar en el que está al lado, porque los dos están en el mismo equipo. Que la Solidaridad y el dar todo por una causa común, vale más que cualquier bien material. Ahí, entonces, ya no existe el “otro” sino el “nosotros”, porque todos pasamos a ser uno solo.

Quizá, esta gente que tanto señala despectivamente, y tan poco hace por su compatriota, nunca haya pateado una pelota, y de ahí que desconozcan totalmente lo que significa el sacrificarse en equipo y, por sobre todo, la solidaridad.