La noche de futbol en San Juan fue más corta de lo esperado. La enorme diferencia en favor de Quilmes y un muy flojo arbitraje de Andrés Merlos incidieron en la desubicada reacción de una parte del público de Unión Villa Krause, para que el partido solo durara cuarenta y cinco minutos. En ese lapso, el Cervecero sacó una rápida ventaja y supo cómo controlar el trámite de un juego, ante un equipo que tenía diez jugadores en cancha después de la equivocación del juez del encuentro.

Dificil poder hacer un análisis completo de un juego que volvió a mostrar los habituales ribetes de violencia que dan vuelta semana a semana por las diferentes categorías del futbol nacional. Lo que si quedó claro aunque solo se haya jugado un tiempo fue que las tres divisiones que había de diferencia entre ambos conjuntos, quedó evidenciada en el campo de juego.

Con el regreso futbolístico de Caneo, la polenta de un enchufado Cauteruccio y un elenco que se dedicó a trabajar correctamente con la pelota, explotando todas las ventajas que le daba el rival, el QAC no tardó demasiado en sacar diferencia. En la primera de riesgo, Miguel abrió bien la cancha para la aparición de Leandro Díaz por la derecha y tras un centro rasante, Caute convirtió el primero del cotejo.

Era todo de Quilmes. Hasta que los sanjuaninos, en el único momento en el que esbozaron una reacción, Quilez bajó en la puerta del área a Alan Sánchez. Pero un posible tiro libre de gol, el árbitro lo transformó en simulación y expulsión del mediocampista de Unión. A partir de ese instante, todo el equipo perdió la cabeza y se fue completamente del encuentro.

Eso lo aprovecharon los dirigidos por De Felippe para sacar más diferencias. Cauteruccio eludió al arquero para anotar el segundo de su cuenta personal y Diz aprovechó una cesión del propio uruguayo para empezar a sentenciar la historia. Pero en ese tramo podría haber marcado varios goles más para seguir estirando la goleada.

Al intentar iniciar el segundo tiempo, hubo disturbios en la tribuna de Unión que rompió el alambrado por diferentes sectores, haciendo estéril cualquier intención de la policía por calmar a los hinchas. Finalmente, el árbitro Merlos determinó la suspensión antes de reanudar el encuentro. Ahora habrá que esperar la resolución del tribunal, mientras tanto el Cervecero empieza a mirar de reojo el choque entre Atlético Tucumán y Estudiantes (LP), ya que de ahí saldrá su próximo rival.