“Voy a trabajar para que en el octavo asalto se termine. En este nivel no hay demasiada diferencia. Es un rival peligroso. Su fuerza es debido a su confianza y él nunca habría aceptado esta pelea si pensaba que va a perder”, anticipó Martínez y sostuvo: “Siempre me la juego. Tengo mucho para ganar. Hay cosas más importantes que un cinturón: está la gloria. Yo tengo esa óptica y eso me hace sentir preparado y feliz”.

Murray, por su parte, quien ya está en Argentina y continuará aquí sus entrenamientos -al igual que Maravilla quien llegó el domingo-, se ilusiona con dar el batacazo en un escenario totalmente adverso: “No pienso en cuánto me van a silbar o abuchear. Voy a callar ese estadio de 50 mil personas cuando le gane a Martínez. Es una chance para hacer historia y dejar mi nombre grabado para siempre. Si hay un noqueado en el octavo asalto va a ser él”.

Para que la fiesta sea completa, al nivel de las veladas más importantes del mundo, la cadena de televisión estadounidense HBO -en el país transmite la TV Pública- traerá a sus estrellas, el comentarista ex campeón mundial Roy Jones, el relator Max Kelleman y el famoso anunciador Michael Buffer. La última oportunidad en que un estadio de fútbol argentino fue escenario de un combate fue en 1957, cuando en el Viejo Gasómetro, ante un marco de 70 mil espectadores, Pascualito Pérez enfrentó al también británico David William Dai Dower.

Está todo preparado, hay mucha expectativa y mucho en juego en una pelea que será histórica. Por eso Martínez se siente feliz y ansioso: “Este es uno de los sueños más grandes que he tenido en mi carrera. Combatir en Argentina, siendo campeón mundial. Es lo máximo”. La noche más esperada ya está a la vuelta de la esquina.