Durante su visita a la meca mundial de la moda, la Selección Argentina fue vestida por una reconocida sastrería de la ciudad: Roberto Elaskar fue el responsable de los trajes que se vieron en la audiencia de la delegación con el Papa Francisco. Sí, a pesar que Sergio Kun Agüero no formó parte del plantel que venció 2 a 1 a Italia en el estadio Olímpico de Roma, el equipo nacional continuó teniendo estampa quilmeña. Sebastián Elaskar, representante de la firma, le cuenta a DQ cómo fue ser parte de la comitiva.

- ¿Cómo es que llegaron a ser los responsables de la indumentaria de la Selección? ¿Ya habían trabajado con ellos anteriormente?

- Somos proveedores de la AFA desde hace mucho tiempo. Comenzamos en la época en que estaba José Pekerman, le hacíamos los trajes para dirigir a la Selección y desde ese momento le hacemos la ropa a todos los cuerpos técnicos.

- ¿En qué consistió la ropa que realizaron para la delegación?

- Diez días antes del viaje nos llamaron para preguntarnos si nos animábamos a hacer los trajes para toda la delegación porque, por protocolo, no podían ir con ropa deportiva a ver al Papa. El conjunto consistió en un traje color gris oscuro -azul, gris o negro son los únicos colores permitidos para una audiencia en el Vaticano-, con zapatos negros, camisa blanca y una corbata a rayas con el celeste y blanco que nos identifica.

- Formaron parte de la delegación ¿cómo fue convivir con los jugadores? ¿Alguna anécdota para contar?

- Todo el tiempo fuimos parte de la comitiva. La verdad fue una experiencia inolvidable. Nos trataron como a uno más del grupo. El día que les probamos los trajes, Mario, el utilero, les decía a cada uno: “dale, ponete la corbata para la foto”, entonces los jugadores se acomodaban para sacarse la foto. Cuando le probamos el traje a Mascherano, Javier arrancó a desfilar para mostrarle a los compañeros lo bien le quedaba la pilcha.

- Además de haber estado con ellos en el hotel e ir al estadio, participaron de la audiencia con el Papa ¿cómo fue esa experiencia?

- La verdad es que lo que menos nos imaginábamos es que además de viajar para vestir a los jugadores íbamos a tener la posibilidad de ver al Papa. Fuimos uno más de la delegación e increíblemente pudimos saludarlo y estrecharle la mano. Sin palabras.