No le sale una bien a Quilmes. Dominado durante grandes pasajes del encuentro por Estudiantes, lentamente el equipo intentó ir recuperándose dentro del campo de juego y, en su mejor momento, después de haber errado un penal y de haber contado con ocasiones claras para hacer una diferencia, el local terminó marcando un verdadero golazo que le pondría sentencia al partido. La alarmante falta de gol y algunos errores conceptuales de juego siguen perjudicando a un Cervecero que empieza a hundirse en la tabla de los promedios.

Seguramente, a la hora del dominio general de la situación, el Pincha en el balance habrá mostrado más méritos que el QAC para quedarse con la victoria. Pero pese a su constante intento de jugar por las bandas y del manejo de la pelota casi permanente en el primer tiempo, no mostró demasiadas luces en ofensiva y por eso tampoco le sobraron las posibilidades para ponerse en ventaja. Es en este último ítem, donde los de Giunta un conjunto mucho más rudimentario y preparado para otra cosa, le empardó a cosa y quizás puede hacer valer los merecimientos de un empate.

Liderado por la suela de Verón y la gran cantidad de pelotas detenidas que tuvo a su favor cerca del área rival (once corners en los primeros cuarenta y cinco minutos), los dirigidos por Mauricio Pellegrino atosigaron a un rival durito, al que le costaba la tenencia de la pelota, con un Caneo que no estaba en plenitud física. Pese a eso, la más clara fue un remate de media distancia de Gil Romero, que Peratta manoteó para un costado. Y encima, fue Quilmes el que se encontró con la jugada ideal para sacar ventaja…

Pero Caneo, que tuvo un partido muy flojo, decidió colocar demasiado contra un costado la pelota en el penal cobrado por Baliño (mano de Gil Romero) y el balón terminó reventando el palo. Ahí llegaría el descanso, que resultó propicio para que el equipo mostrar una versión igual de combativa, pero más adelantada en el campo. A esa altura, el trámite ya era parejo y la historia podía inclinarse para cualquiera de los dos.

La tuvo el Cervecero, pero Boghossian que mejoró en la tarea sucia para sus compañeros pero que sigue teniendo torcidísima la mira del arco contrario, perdió una ocasión ideal mano a mano con Rulli. Y en medio de ese mejor momento de la visita, el Pincha pegó por la mejor categoría de sus individualidades: la jugada colectiva que comenzó en campo propio, culminó con un buen desborde de Franco Jara, para una mejor definición de Patito Rodriguez.

En ese momento, el DT local prefirió empezar a cerrarle los caminos a un Quilmes, al que le costó mucho pero volvió inquietar a Rulli (aunque la tuvo Garnier abajo del arco) y debió volver a frustrarse por no haber podido sumar en un duelo clave. Más allá de algún mínimo crecimiento que mostró el equipo, deberá trabajar mucho para salir de esta situación que a partir de hoy comienza a apremiar, tanto por el nivel de juego como en la tabla de los promedios.