En momentos de pleno debate a nivel nacional sobre los valores de los productos, no caben dudas que Quilmes se trajo una rebaja de tierra cuyana. La flojísima actuación de los dirigidos por Blas Giunta dieron todas las ventajas de mundo para que Godoy Cruz manejara a placer las acciones del partido en el tramo inicial. Y en el segundo, cuando el DT se jugó con una patriada a puro cambio, una lesión y una expulsión lo dejaron sin ninguna posibilidad de ir por la heroica. La continuidad del entrenador está pendiendo de un hilo.

Si esta era la oportunidad ideal para tratar de salir de una situación delicada, el QAC la dejó pasar…y con creces. El equipo no solo no supo cómo sobreponerse a lo que había sido un mal arranque en el campeonato, sino que en Mendoza empeoró su rendimiento y encendió una luz de alarma sobre su futuro. Como nunca en la temporada, el descenso para estar acosándolo de cerca.

Nuevamente, el equipo de Giunta jugó un primer tiempo para el olvido. El DT volvió a pifiarle con el sistema táctico y se vio superado por un rival que aprovechó las deficiencias defensivas y la poca tenencia de pelota de un conjunto demasiado largo, que casi no pisó el aérea contraria durante esos cuarenta y cinco minutos. Por todo eso, no llama la atención que el Tomba sacara ventajas rápido. Dos de las figuras más importantes, Castellani y Aquino, dentro de un conjunto que fue ancho y contó con variantes en su juego, que le sirvieron para anotar dos tantos en siete minutos.

Encima, para la parte complementaria el entrenador cervecero apostó a realizar los tres cambios juntos, pero esa mini-revolución apenas duró un par de minutos, porque primero se quedó con diez ante el desgarro que sufrió Leyes y enseguida tuvo una baja más ante la expulsión de Zacaría. Eso generó que Godoy Cruz levantara el pie del acelerador y el resto del segundo tiempo estuviera completamente de más.

Para Giunta el problema fue que “a ellos los favoreció que la cancha estuviera rápido. Un gol fue de contraataque y el otro vino por un resbalón de Lema”, según sus palabras una vez culminado el encuentro. Indudablemente, este Quilmes que no juega a nada tiene problemas propios mucho más importantes que eso, aunque no se vean o no se los quiera ver. Pero claro, ya no hay tiempos, el momento de encontrar la solución para revertir la historia es ahora, sino ya va a ser tarde.