Menos de diez minutos debieron bastar desde que comenzó el partido para sacar la conclusión si los suplentes de Quilmes iban a hacer pie ante una parada tan brava como las que les tocó afrontar. La actitud desde el minuto cero y los dos goles casi inmediatos hicieron crecer rápidamente la consideración de este equipo muleto, que después se bancó los embates de Vélez apoyado en individualidades que cumplieron un muy buen nivel. Sobre el final remató el encentro, sumó tres puntos importantes y todavía sueña con quedarse en la A.

Decisión, convicción, actitud y coraje son algunos de los adjetivos que bien valen ponerle al grupo que salió a uno de los estadios más imponentes del fútbol nacional y que, pese a saberse inferiores, nos e amilanaron y trataron de jugarle de igual a igual a un conjunto que llegaba con la ilusión de re-instalarse en la pelea por el título.

Y el combo que propuso el QAC tuvo resultados positivos muy velozmente. Una gran jugada colectiva a un toque y por la izquierda, generó el desborde y centro largo de Matías Morales, que Emiliano Carrasco volvió a meter hacia el centro, para que Gonzalo Ríos mande el balón a la red. Y enseguida, una corajeada con habilitación incluida de Boghossian, siguió con otro centro de Morales (el mejor de la cancha), un nuevo remate del ex Boca Unidos que esta vez tapó el arquero Sosa, pero que el propio Boghossian se dio el gusto de transformar el gol, al tomar el rebote.

Por cuestiones lógicas, el local cambió la marcha, se adelantó en el campo y tomó una postura netamente ofensiva, obligado por las circunstancias. Mientras tanto, Quilmes aprovechó la ventaja para sacar un poquito el pie del acelerador, abandonar la presión asfixiante y empezó a darle algunas ventajas a los dirigidos por el Turu Flores, que en su primera chance de riesgo, no la dejaron pasar: Pratto empalmó de primera un balón que llegó tras un tiro libre desde la derecha, para poner a su equipo a tiro. Ese fue el mejor tramo de Vélez, donde el debutante Walter Benítez empezó a sacar a la luz su buen papel en el debut y le sacó un pelotazo a Correa que se metía contra el palo.

El arranque del segundo mostró una continuidad del cierre del primero, el Fortín yendo de forma masiva y los de Caruso resguardados, sin dar ventajas y tratando de aprovechar el ratito que le tocaba tener la pelota. Pese a eso, el correr de los minutos comenzó a debilitar a un Vélez al que los errores se le fueron haciendo una constante, las urgencias se transformaron en nervios y eso le sacó lucidez para poder contar con opciones claras de poder convertir.

En cambio, esa situación lo soltó al QAC, le dio la posibilidad de animarse un poco más y, pese a jugar con un solo delantero a esa altura, empezó a tener vida en los metros del campo cercanos al área rival. Por eso, las contras fueron permanentes, Telechea tuvo una clara sobre el epilogo que fallo de forma increíble y cuando parecía que el equipo iba a sufrir hasta el último segundo, Morales corrió una más y Desábato lo bajó dentro del área. Penal, expulsión del marcador y Lema que transformó esa oportunidad en el tercer gol.

El cierre mostró el delirio ante el resultado inesperado, pero después el grupo entró en la cordura del momento. Se ganó un partido apenas, importante y necesario, pero que no le cambiará la vida a Quilmes si no se mantiene por esta senda. Es más, no tiene demasiado tiempo para quedarse en festejos, la mira ya deberá ponerse en el encuentro clave del sábado ante Olimpo.